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¡Qué grande eres, MUJER!

En esta jornada,  «día internacional de la mujer», la sociedad se manifiesta por la igualdad de la mujer.

Nosotros también queremos manifestarnos, agradeciendo a todas y cada una de las mujeres la misión que tienen en el mundo, lo que representan en la vida de la humanidad. Damos las gracias a:

  • Mujeres madres: por convertirse en el seno del ser humano con alegría, soportando los dolores de parto. Por ser la guía de los primeros pasos de un recién nacido, y apoyarlo en su crecimiento, por ser punto de referencia en el posterior camino de la vida.
  • Mujeres esposas: por unir irrevocablemente vuestro destino al de vuestro marido, mediante una relación de recíproca entrega al servicio de la vida y crecimiento del amor.
  • Mujeres hijas y hermanas: por aportar al núcleo familiar las riquezas de la sensibilidad, intuición, generosidad y constancia femenina.
  • Mujeres trabajadoras: por participar en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que dais a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad.
  • Mujeres consagradas: por dar ejemplo de la más grande de las mujeres, la Madre de Cristo, por ayudar a la Iglesia y a toda la humanidad a vivir para Dios.

Queremos dar las gracias a las mujeres ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu feminidad se enriquece la comprensión del mundo y se contribuye a la plena verdad de las relaciones humanas.

Ya nos decía San Juan Pablo II que “por desgracia somos herederos de una historia de enormes condicionamientos que, en todos los tiempos y en cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer, despreciada en su dignidad, olvidada en sus prerrogativas, marginada frecuentemente e incluso reducida a esclavitud. Esto le ha impedido ser profundamente ella misma, y ha empobrecido la humanidad entera de auténticas riquezas espirituales”.

Hoy día, sigue habiendo situaciones que dificultan la inserción plena de la mujer en la vida social, política y económica. Queda aún, mucho por hacer, para que la mujer no sea objeto de discriminación, y sea reconocida en régimen de igualdad. Esto es un acto de justicia, pero también, una necesidad. ¡Es necesario que la mujer pueda recorrer de forma plena el camino de la vida!

Desde nuestro Despacho, deseamos que se reflexione sobre la mujer, para darle un mayor espacio en el conjunto de la vida social, y agradecemos y valoramos a nuestro equipo profesional, que se compone mayoritariamente por mujeres que compaginan su excelente hacer en el trabajo, con la maternidad y su vida familiar.

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